miércoles, 1 de abril de 2009

herida de lápiz

Las cosas que duelen, duelen porque vienen armadas con navajas trituradoras.
Pedacito por pedacito, pasando primero por una rejilla filosa que devora los restos grandes, que inunda de sangre el vacío y hace que nazca un lápiz recién Zacapunteado que perfora, en última instancia y sin mertiolate, el centro del corazón.