sábado, 14 de febrero de 2009

voy a estudiar doblaje

nota de interés...


Aquellos que quieran adherir a las teorías conspirativas sobre el ocultamiento de la realidad, pueden tomar el siguiente párrafo como una prueba de que la televisión no siempre es lo que muestra:

Bart Simpson es, en verdad, una señora de cuarenta años, y su abuelo Abraham es cordobés; Gilligan (el de la isla), Larry (el de Los tres chiflados ) y Mork (el de él y Mindy) son una misma persona, y las malas de la serie Power Rangers de vez en cuando dejan de lado el mundo de la fantasía infantil para poblar ensoñaciones adultas susurrando solícitas muestras de afecto en películas condicionadas.

Claro que quienes vieran en estas afirmaciones la evidencia de un complot para engañarnos a todos estarían exagerando un poco. Se trata, simplemente, del mundo del doblaje.

Y es que los actores y locutores que dan sus voces a héroes de series, películas, dibujos animados y publicidades tienen algo de misterioso. Son parte de nuestra familiaridad, están ahí, todo el tiempo, actuando y, sin embargo, ocultos en un histrionismo tímido.

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