sábado, 13 de junio de 2009

Ringg.

Telecom le informa que deberá abonar las facturas impagas en los próximos días o de lo contrario se procederá al corte del servicio.
Los llamados telefónicos se hacen cada vez menos interesantes.
El otro día un robot me preguntó a quién iba a votar.
También tuve que responder sobre las acciones de Macri, qué cambios notaba.
Si se hacen cosas, no hay dudas al respecto y todos deberían pensar lo mismo. Se supone entonces que nadie hizo nada, aunque tal vez algún boludo se cree que el cambio de mano de determinadas calles es un avance.
A veces suena el teléfono y no lo atiendo, me gusta imaginar como las máquinas se enfurecen porque no "hay nadie en casa". Chispean, se golpean, se escupen.
Siempre se esconde algo perverso detrás. El que llama a un fijo, quiere algo.
Son pocos los queridos que, al tratarse de un recurso más económico, aprovechan y utilizan el aparatico crucificado en su hogar.
Tener teléfono en casa antes era divertido. Ahora da miedo.
Invito a los que quieran llamar para hacerme reír, o leerme un poema, tal vez sólo para conversar sobre nuestras inquietudes y sueños. El silencio también es bienvenido. Cuando suene, voy a levantar el tubo con música.

48266366.

Si atiende Celeste, tiñan la voz.

1 comentario:

Jona dijo...

Yo te llamo siempre y no soy ningún robot. De hecho, soy un viejo conocido de tu teléfono. Por algún motivo que no termino de descubrir siento que hablar de teléfono de línea a teléfono de línea es más humano que por celular.
Sí, ya sé, no tiene sentido. ¿Y qué?