domingo, 6 de febrero de 2011

Acuarela

Qué es un sorbo de vino ingresando al cuerpo sino un dulce paseo por la bondad de un fin de semana, un espejito de plástico en el cuerpo matriculado y cansado, junto a la esperanza de un sentimiento nuevo que pertenece a la gama roja de impresiones.
Las gotas que deciden llegar bien lejos son las menos importantes, considerando que las que se quedan en los labios y en los dientes tardan mucho en morir, se lucen un poco más que el día y colaboran con la eternidad de un vaso de líquido rabioso.
Bebo vino porque dura mucho, y bebo vino porque el acto de beber vino es suave y podríamos decir tangible, un poco menos travieso que un vaso con jugo de naranja y sin duda mucho más simpático que un vaso con agua.
No bebo vino porque contiene alcohol, no es como las bebidas con quienes supongo una dualidad entre líquido y alcohol; aquí el vino es sensato, un todo sabroso y pelado, sin necesidad de sombreros o abstracciones ridículas de este tipo.
Quisiera poder decir que sólo bebo vino porque me gusta que me pinte los labios, pero estaría siendo hipócrita con el proceso y con la intensidad con que lo sobrevivo.

4 comentarios:

Graciela "Boticaria"- Boti dijo...

Hey Compi...muy bueno lo tuyo...una descripción poética y graciosa del acto de tomar un vinito...tonta yo...no me gusta por lo que no puedo vivir esas sensaciones...jajajaa...pero nunca es tarde para volver a intentar. Te mando un abrazo enorme- Gra, la boticaria :-)

Anónimo dijo...

holaaa

carla dijo...

kk

carla2 dijo...

eran sólo pruebas...